El caótico mundo de las letras.

martes, 4 de marzo de 2014

Anymore


¿Sabes de eso que caminas, caes y no te das cuenta hasta que ya tienes el cuerpo lleno de heridas? Pues eso es lo que pasa cuando pasas demasiado tiempo observando lo que no debes. Observando su sonrisa. Observando tu propia sonrisa. Haciendo caso a tus monstruos. Mirando las nubes. Mucho tiempo soñando, caminando sin miedo ninguno. Feliz de poder mover tu cuerpo hacia ninguna parte. Pero iba a esa parte. Esa parte en la que a partir de cierto paso cada roce contigo es un corte en el alma. A partir de cierto paso te conviertes en un lanza cuchillos inconsciente. Que solo daña. Te nublas con el cielo azul. Y empiezas a ser más tú, sin serlo. Y haciendo daño a todo lo que te toca. Porque siempre que miras tu sonrisa caminas por el lado equivocado. El lado de las cadenas. Rompes tus candados, y quien conoce tus demonios huye. Es así de simple. Tu misma no huyes porque uno no puede escapar de sus demonios. Siempre llega un momento en el que empiezas a consumir a los demás. Y se te clava más la púa. A veces, sólo a veces, te gustaría no necesitar algo de vida social. Eres un ser realmente patético. Solo sirves cuando te hacen funcionar. Debiste ser nada, porque siendo algo no eres suficiente. Debes encerrarte, pues no hay nadie capaz de mirar lo más oscuro de tu ser y permanecer.

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