El caótico mundo de las letras.

domingo, 14 de octubre de 2012

Querer.


Querer olvidar. Volar y escapar de la realidad. No estamparse jamás con la cruda verdad de haber perdido el motivo de tu sonrisa. Un volver a empezar para tomar la decisión de hacer caso al temor. El miedo de que acabara mal. Y de que todo tu mundo girara de otra forma, equivocada, en destrucción sin cesar. Miedo a tener que volver a buscarte a ti mismo. Y de no poder encontrarte. De cambiar, a mal. 
Querer sin lograr. Sin poder obtener lo que ansías.
Querer volver a verlo todo de esa forma tan positiva, a verte sin mentiras, ni prejuicios, ni poco autoestima. Porque estás cansada de verlo todo gris y que el único color que quede vaya desapareciendo por momentos, como tú.
Porque tu voz grita, ahora en silencio, y ya no te oyen. Tus lágrimas se secaron para sumirte en penas, mas ellas purgaban tu alma. Querer quedarte en aquel instante tan feliz y no apartarse jamás.
Pero, a veces, querer no es poder. Hay cosas que no se obtienen, hay que renunciar a ellas y resignarse a otra cosa que nunca será comparable.
Y dejar de sentir calor para ser sustituido por un enorme frío, que allí permanecerá. Ansiar volar hacia esa estrella que te aportará bienestar, siempre en un viaje solitario.
Renunciar a viajar en compañía...Renunciar a todo lo demás con tal de recuperar tu sonrisa perdida. 

miércoles, 10 de octubre de 2012

Paso. Paso. Pasos.


Respirar. Cada vez más lento. Volver a respirar. Disminuye el movimiento. Centrar el alma. Apagar la conciencia. Derrotar al dolor. Lo sustituye la razón. La tristeza es amiga. Al igual que la locura. Volver a respirar. La rabia se alimenta. Respirar. Vuelve la calma. Tranquilidad absoluta. Neuronas conectadas. La sangre es impulsada por las venas. Volver a respirar. Entrar en ti la debilidad. Disminuye la fortaleza. Dejas de pensar. Volver a respirar. Los sentidos se agudizan. El viento te acaricia. Cerrar con más fuerza los ojos. Respirar.Todo conectado ya. Eliminar el final. Toda queda suspendido. Volver a respirar. El dolor se va. Vuelve la rabia. Respirar. Reduces el movimiento. Eliminas todo rastro de dolor. Solo queda esperar. Volver a respirar. Uno. Respirar. Dos. Respirar. Tres. Respirar. Todo reiniciado. El nuevo comienzo aquí está. La demencia es amiga de la locura. Volver a respirar. Se crea la armadura. Volver a respirar. El alma se cierra. Las neuronas se desconectan. Aumenta el movimiento. Adiós tranquilidad. Respirar. Los sentidos disminuyen. Respirar. Todo vuelve a su lugar. Respirar. Ya nunca será igual.

martes, 2 de octubre de 2012

Llena el blanco.


Sentir como tu hilo del destino se rehace, con nuevas fuerzas, nuevas metas, nuevos sentimientos. Cuando creías haber perdido toda tu esencia, tu alma, tu calor... ves ese rayo rojizo al despuntar el alba y todo cobra sentido. Nunca aprecias tanto el calor si no has sentido el frío, ni la seca calidez si no has sentido la mugrienta humedad de tus lágrimas en el alma. Cuando rehaces tu nuevo camino, sin importar lo que pasó, es cuando comprendes que todo sucede por algún motivo. Y cuando crees que la vida no te puede dar mas palos y horrores te da lo mejor que te podría haber dado nunca, y todo junto.
Créeme cuando creas que la vida no puede ser mas cruda aparecerá la luz escondida en el corazón de las cosas.
Y empiezas de nuevo, con una nueva mentalidad más optimista a rehacer todo tu ser, hasta que sea uno solo y no millones de trozos. Empiezas a comprender la belleza del viento, de los aromas, de las sonrisas, de cada criatura por ínfima que sea.  Y así, aprendes el valor de tus ideales que siempre defenderás a fuego, el valor de la amistad ante todo y por último del amor. 
Todos y cada uno de los recuerdos dejan de ser amargos para convertirse en dulces recuerdos. Y aquellos que son tan dolorosos que te persiguen consigues reemplazarlos por otros más radiantes y hermosos. Y así, paso a paso, piedra a piedra, tropiezo a tropiezo, empiezas a hacer que tu mente funcione, tu conciencia despierte y que finalmente ganes la vida necesaria para ser persona.

Recuerdos dolorosos


Sentir de nuevo lo de antes. Avanzar, dejando al lado ese recuerdo. Intentar aceptar tu derrota y centrarte en lo, ahora, nuevo y bueno para ti.
Eso es lo que quieres. Quieres crear tu propio final feliz, pues no todos los finales felices existen, esos de los cuentos de hadas no son reales, lo son aquellos que creas con tu esfuerzo: errando, aprendiendo, tomando decisiones,... sin mirar atrás. Sin pensar en el futuro, solo en el presente con el único objetivo de conseguir tu sonrisa, sobretodo habiendo sido tan efímera para ti.
Pero cuando sigues tu camino intentando no recordar, llega el momento en el que todos esos recuerdos, que no volverás a tener, te asaltan y hacen que vuelvas a desfallecer. Porque sabías que hay cosas que nunca serán igual, pero en algunas pusiste todas tus esperanzas y  toda tu fuerza en mantenerlas vivas. Y ahora, con el terrible recuerdo de no haber conseguido tu objetivo, te preguntas "¿Qué hice mal?", y llega lo peor: la resignación de solo poder contestar a esa pregunta con una pequeña palabra, "Todo".
 Entonces te enfrentas a la cruda realidad, tan verdadera que daña con solo mirarla a los ojos. La has perdido y nunca tuviste en tus manos la posibilidad de evitar ese final. 

Trabaja duro para conseguir tu final, tan parecido a los inexistentes "Finales Felices".