El caótico mundo de las letras.

lunes, 23 de diciembre de 2013

La dama.


Qué bella es la dama bella cuando bella no se cree. Qué bella es cuando se es bella. Tal hermosura se desprende de su piel  que, junto con el CO2, sale de sus pulmones. Los pulmones que respiran la s(o)uciedad de este lugar para soltar, por los poros de su magnífica piel, esa hermosura. Pues quien bella es, bella sigue. No se deja corromper por el veneno del aire que respiran todos, por el que camina y hace vida. La vida cristalina que por sus órganos se transforma. Transforma los muertos en seres vivientes, pero no muertos vivientes, mariposas vivientes y bellas, libres de esa suciedad apestosa de la que formaron parte una vez. Hecha de sueños, manipuladora de sonrisas, de tez blanquecina como la Luna, de ojos ardientes como el sol, elegancia de cisne y sutileza gatuna. Es la que camina por los tejados para transformar lo malo. Buscando aventuras a punto de acabar para hacerlas volver a comenzar. Con mucha más luz, con mucha más vida, mucha más esperanza e ilusión. Llenas de promesas que serán cumplidas, cosas comenzadas que nunca acabarán pero no se dejarán pasar. Ella es la risa que acaba de comenzar para desembocar en carcajada. El río que empieza pequeño y se hace grande adquierIendo vida conforme avanza. La inocente chica que sonríe al chico de sus sueños. Los besos de azúcar dulce y las miradas transparentes. Las caricias interminables y los infinitos placeres. 

     "Si el Sol refleja tal utópica hermosura, ¿cuál será la real?"

      "Si existe en el mundo belleza mayor, créeme ¡toda la tienes tú!"

       "Si tan sólo con su perfume revive a los muertos ¡ay del que pruebe sus besos!"

Y ella es, la dama, la bella dama que es bella porque bella es, cuando bella no se cree. Cuya belleza no sólo se exterioriza, se interioriza inconscientemente, sirviendo de espejo para muchas otras. Es un ídolo que se sigue sin que ella lo sepa, pues bella no cree ser.

Para Marta, mi reflejo a seguir.


sábado, 23 de noviembre de 2013

La chica de cristal.


Era dura y fría.
Rígida y frágil. 
Todo lo que sentía se le veia 
porque transparente permanecía.

Caminaba con dificultad
a pesar de su calamidad
continuaba su hazaña
creando telarañas.

Cuando con un muro se encontraba
ella lloraba
no quería romperse más
pero el destino se lo aguardaba.

Sus huesos decidieron desaparecer
su corazón congelado 
quiso desfallecer,
y su cerebro quedó hipnotizado

Hipnotizado por los días de luz
que le daban esa claridad
con la que esos rayos, al traspasar su ser,
perdieran su calidez.

Pero eso no funcionaba,
ella permanecía congelada:
con su huesos de cristal;
ella no caminaba más.

Nunca se descongelaría.
Y vagaría por los mares de lágrimas
que ella siempre soltaría.
Era la dama fría, 
la dulce y grágil chica de cristal.





miércoles, 20 de noviembre de 2013

Historia de un algo y un nadie.


Comenzaste dejando de creer en todo. Porque la gota de lluvia no te mojaba. Porque el viento no te despeinaba. Porque el viento ya no te susurraba. Dejaste de creer porque perdiste todas tus batallas, una incesante derrota que te hizo caer tan hondo que preferiste vivir ahí abajo. 
Más tarde, te acostumbraste a vivir allí. Te acostumbraste a las sombras que creaban los pequeños rayos de luz que se colaban por las rendijas de esa prisión única. Te acostumbraste a odiarte a ti misma, te acostumbraste a no creer en nada. Te acostumbraste incluso a respirar lento para que el aire no te asfixiara, ese aire contaminado de malas sensaciones, buenos recuerdos tornados oscuros. Te acostumbraste tanto a andar en las profundidades de tu ser, que dejaste de ser. 
Luego, empezaste a descubrir rincones en ti que no sabías de su existencia. Fue en renacer en su totalidad, un renacer de tu ser. Pero seguías arrastrando esa burbuja forjada a base de lágrimas. A base de creer que la lluvia no te tocaría. A base de creer que se podía. Volviste a ser algo, ciertamente distinto al alguien que fuiste. A pesar de ello, seguiste descubriendo aspectos de ese nuevo ser que creías buenos. Te dejabas llevar por la corriente de aire que te ascendía. Te dejaste llevar tanto que, por idiota, al llegar justo a la cima, tropezaste con una hoja seca y amarilla, quemada por el sol, sin vida. Aquella hoja que creía ser un arcoiris pero que solo era la destrucción silenciosa. Esa hoja te hizo bajarte de la brisa, y al bajarte la burbuja estalló. Todas y cada una de sus moléculas venenosas llegaron hasta tus entrañas, tus capilares... viajando hasta el principio de todo. Convirtieron el ser en el no ser. Sí, te hicieron viajar al mundo del no más. Y mucho más. 
Finalmente, acabaste totalmente corrompida por las motas de polvo del volcán en extinción. Tus huesos te hacían chirriar, tus músculos entumecidos no te dejaban caminar, tu cerebro disecado-no más- y tu corazón paralizado, congelado y estropeado hasta siempre jamás. Empezaste a disolverte en la tormenta, paralizada en la línea que separaba todo. Poco a poco te incorporaste a la lluvia que nunca te mojará, evaporandote para no volver a ser jamás. Ya no crees, no te acostumbras, no renaces, no eres, ni caes ni subes, ni permaneces ni te dejas llevar. Ahora eres parte del todo y nada. Y tu alma, no será nada, nunca más.

martes, 10 de septiembre de 2013

Trust

Tal vez cuando es la hora de tomar decisiones sólo se debe escuchar a esa voz que tan pronto es tapada. Esa mini voz que te incita a hacer cosas inesperadas. Lo corriente no es tu camino. Y no lo que deberías hacer es lo que tienes que hacer.
A veces lo que digan los demás está de más. Al fin y al cabo, sólo tu tienes el poder de volverte tam gigante que seas capaz de derribar todos las chorradas insignificantes acumuladas que tapaban tu camino. El que labras con tu andar y dibujas a través de tus sueños.

sábado, 7 de septiembre de 2013

Volver atrás

Cuando los caminos hacia la felicidad se ven truncados por cosas insignificantes. Infinitas cosas insignificantes que te ocultan el modo de llegar. Que te devuelven al rin con tus demonios. Con todos los motivos de seguir en la oscuridad. No tienes más que caminar hacia atrás e intentar volver a elegir otro camino. Y para ello toca sufrir. Tu felicidad sigue siendo efímera. Dejar de infravalorarte se convierte en un imposible. Y si pierdes la llama. O más bien, te tapan la llama que hace que las sombras se vayan. ¿Qué hacer? Sino luchar contra el tiempo y volver atrás. Perder lo ganado. Todo. Y quizás algo más para coger otro camino que tal vez no te merezcas. A veces dudo de si es posible hacerse tan grande e invencible, ganar la lucha y destruir todas y cada una de las cosas insignificantes que obstruían el paso por el camino correcto.
Pero como siempre, mi único escape serán los sueños. Recemos para que los señores de la nada no se entretengan conmigo esta y el resto de las noches hasta que pueda escapar de esta encrucijada.

viernes, 28 de junio de 2013

Vacío


Cuando todo a tu alrededor te brinda motivos para sonreír, para ser feliz. Y a pesar de todos esos motivos no encuentras esa sonrisa sincera. Cuando la felicidad que los demás sienten te entristece por no poder sentirla. Cuando llegas al fin del abismo y ves que solo hay vacío. Ese vacío que solo se puede llenar con una cosa. Ese vacío que no se ha llenado antes porque a pesar de todas esas cosas buenas tu alma sigue gritando, sin voz. Porque se apoderó el silencio de tu voz y trajo consigo más oscuridad. Más sombras que agrandecen tus demonios. Esos demonios a los que debes enfrentarte para poder tener el medio para llenar ese gran hueco en tu interior. Pero las sombras, el silencio, la tristeza, no ayuda a visualizar tu solución. A ver lo que realmente es y no lo que crees ser.  Porque todas esas sombras no se disiparan con una llama fugaz. Sólo la luz constante podrá hacerlas marchar.
Sigues gritando pero estando en silencio, sonriendo pero inebitablemente triste, ciega y perdida, a pesar de haber encontrado fin a ese abismo sin fin.
Y estás ahí sabiendo la solución y sin fuerzas para llevarla a cabo. Solo te queda seguir. Sin ser tú. Sin estar bien. Intentando aprender a mirar lo bueno y no lo malo. A que malo sea tan insignificante para ti como una hormiga a un gigante. A que lo bueno sea tan importante para ti como poder coger aire para sobrevivir. Mientras tanto solo queda soñar.

lunes, 4 de marzo de 2013

Santuario.



Ojalá, poder estar mirando a la lluvia, durante horas, sin preocupación más que la de que me caiga una gota en el ojo. Luego tumbarme en el césped, con el viento de invierno meciéndome, pero el sol dándome en la cara, abrasándome. Mirando al cielo y esos cúmulos de nubes andantes, viajeras de lugares inimaginables. Las hojas caerse, el susurro de los árboles, sentir como los insectos se mueven bajo tus pies. Como vuelan. Ver durante horas la gota de rocío en la planta más preciosa del jardín. Pasarme horas y horas entre una página amarillenta y tinta negra. Leer, escribir, sentir, saborear, degustar, acariciar. Sentir de nuevo como las palabras brotan de tus manos como agua de la fuente. Sentir como se ordenan solas, creando algo bello y no algo incoherente y desastroso. Un día, dos, tal vez tres, sin padres, ni amigos, ni horarios, ni hermanos, ni preocupaciones y limitaciones. Poder hacer lo que quieras, poder cerrar los ojos y vaciar la mente. Para llenarla de forma ordenada después de mucho tiempo. Desear que ese día, dos, tal vez tres, la realidad se haya ido junto a los demás. Y te haya dejado con lo bonito, con  lo realmente bello, la naturaleza, los placeres de la vida y la libertad. Si es necesario y solo si es estrictamente necesario, liberar todos esos recuerdos guardados, para que la naturaleza se entere de tu felicidad pasada. Para que pueda devolvértela, para que te busque a ti. A tu ser perdido. Y volver a ser un ser extraño, pero completo.

 Hace tiempo que no escribo, y estos no son más que los desvaríos de alguien demente, incompleto y, ¿quién sabe? .Soñador sin descanso.

lunes, 14 de enero de 2013

La música.

No suelo poner canciones aquí. No suelo, pero hay veces que algunas canciones muestran tan exactamente tus sentimientos en un determinado momento que nada mejor que esa canción para explicarlos.
Puede gustaros o no el artista, si queréis no la escuchéis  Pero hay verdades en las canciones. Y no hay nada mejor que la verdad que te puede transmitir la música, los sentimientos plasmados en esas notas. Aquí os la dejo, y gracias por leerme.




Cuando la letra de una canción es la definición suprema de lo que te ha ocurrido.

domingo, 6 de enero de 2013

Cuestiones


¿Que pasa cuando no te gustas a ti mismo? ¿Que pasa si el silencio se sumerge en ti? ¿Que pasa si cuando estas bien sigues estando mal? ¿Que pasaría si la vida no fuera cruel? ¿Que pasaría si cada día tus amigos no te robaran sonrisas y risas? Pues esto no sería mundo.
Nadie se gusta a sí mismo. O al menos, no suele. Ve un millón de defectos en uno mismo. Ninguna cualidad positiva. Pero, hay quienes tienen un millón de cualidades positivas y muy pocos defectos. Hay que intentar dejar la negatividad al mirar tu reflejo en el espejo u observarte a ti mismo. Abrir la mente, quitarte ese velo que hace que no veas lo que realmente hay ahí. Y si no eres capaz, convéncete de que si lo eres. Todo el mundo es capaz. Y si, en tu opinión, piensas que eres el mayor engendro del mundo, siempre habrá alguien peor. Piénsalo,  siempre. Y siempre habrá alguien que vea en ti más cualidades positivas que defectos. Créelo, no miento.
Cuando el silencio se sumerge en ti es cuando tú has dejado que ese velo cubra tu alma al completo. Te ves tan mal en todos los sentidos, que tu voz intenta hablar pero no tiene palabras. Todas ellas se han esfumado junto con tu lado positivo. Tienes que destruir la atadura que tu mismo has creado con positividad. Y si, suena a lo mismo. Es siempre igual, pero es porque es verdad. La misma retahíla de cosas que se repite es la misma porque funciona. No es fácil ser positivo cuando el velo no te deja serlo. Pero para ello siempre tienes a personas, que creas o no, están a tu lado, a veces, sin darte cuenta. Junto a ellos el velo se destruirá poco a poco.
Pero no te engañes, cuando veas atisbo de luz no estarás en el exterior, solo estarás cerca de estarlo. Si en ese momento crees que estás en el exterior puedes seguir estando mal, porque ese velo sigue existiendo. Y del mismo modo que un día normal se puede convertir en horrible, días horribles llegan a su fin en un día normal. El famoso "pasar página". Que solo se consigue con tus propias fuerzas. Por muy pesada que sea la página lo conseguirás, tarde o temprano.
Y sin amigos o personas que te ayuden a no pensar en lo que te aflige ese velo se endurece. No quita que no puedas romperlo sin ello, pero siempre te resultará más sencillo teniendo a esas personas con las cuáles los días son más luminosos.
Porque a pesar de lo gris que puedan ser los días también pueden ser muy luminosos. Y así es el mundo. La vida es cruel, pero si no lo fuera no seríamos fuertes. Seríamos tontos porque no sabríamos resolver nuestros problemas, nuestras disputas internas. La vida es así porque tiene un motivo para serlo. Hay que aceptarlo y superarse día a día, "plantarle cara" a la vida.