El caótico mundo de las letras.

sábado, 23 de noviembre de 2013

La chica de cristal.


Era dura y fría.
Rígida y frágil. 
Todo lo que sentía se le veia 
porque transparente permanecía.

Caminaba con dificultad
a pesar de su calamidad
continuaba su hazaña
creando telarañas.

Cuando con un muro se encontraba
ella lloraba
no quería romperse más
pero el destino se lo aguardaba.

Sus huesos decidieron desaparecer
su corazón congelado 
quiso desfallecer,
y su cerebro quedó hipnotizado

Hipnotizado por los días de luz
que le daban esa claridad
con la que esos rayos, al traspasar su ser,
perdieran su calidez.

Pero eso no funcionaba,
ella permanecía congelada:
con su huesos de cristal;
ella no caminaba más.

Nunca se descongelaría.
Y vagaría por los mares de lágrimas
que ella siempre soltaría.
Era la dama fría, 
la dulce y grágil chica de cristal.





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