Los sueños parecen tan reales...
Cuesta mucho librarse de sus garras. Son agradables y te muestran lo que deseas con tal intensidad que, a veces, incluso sientes lo que sentirías al ver una cara que tu subconsciente inventa. Hace que te parezca bella, o dulce, y puede hacer que las sombras que la sustituyen en otros sueños te aterrorice. La sombra en el sueño es el enemigo y el aliado la luz. Es sorprendente como un sueño realmente bueno puede tornarse horrible; dulce tragedia.
Lo peor de los sueños es que se desvanecen. Desaparecen de tu cabeza al instante de despertarte, si son lo bastante buenos; un instante de vago recuerdo y felicidad, luego, desaparecen para siempre.
Los sueños "malos" o pesadillas suelen quedarse grabados a fuego en tu mente. Hay quién dice que simbolizan tus miedos.(Y ,sin lugar a dudas, es así. Pues lo colocan los seres de la oscuridad y mientras nos ven sufrir se ríen con su tortura. Aunque, de eso ya dije algo una vez.)Te dejan marcado el temor en tu alma y, esa noche debes olvidarte de descansar. A veces recuerdas ese terror al día siguiente, y se te hace un día extraño y lleno de incertidumbre.
Pero, definitivamente, los sueños, sueños son. Irreales, evanescentes, utópicos...En fin, sueños que reflejan tus deseos. Y, a veces, son la única manera de escapar de ese ciclo destructivo en el que te puedes internar y que es creado por ti y tus sentimientos.
Soñar es vivir. Vivir es soñar y cumplir tus más ansiados sueños. Vivir con esa esperanza: la amarga esperanza de cumplir lo inalcanzable. Pero¿quien dice que muchas de las cosas ahora existentes no fueran creadas a partir de un sueño inalcanzable? Solo sueños.
Sueña. Y haz que esos sueños se conviertan en tu nuevo camino.
No hay comentarios:
Publicar un comentario