El caótico mundo de las letras.

sábado, 18 de agosto de 2012

El poder de la naturaleza


   
    La naturaleza se queja de nuestros actos. Es una presa dolorida que se queja porque le damos donde más le duele. Somos sus hijos agresivos y maleducados, la pegamos y maltratamos. Ella nos dio las cosas más bellas, hermosas e increíbles que pudo. Nos dio, lo primero, la vida que es lo mejor que nos pudo dar. También nos dio a seres con quien compartir nuestra existencia, todo tipo de seres: plantas, animales...
A algunos les dio el poder de volar, como a las aves, algunos insectos...A otros les dio capacidades tan especiales como vivir bajo tierra, soñar de día y de noche despertar, poder vivir en lugares muy secos o muy fríos, poder vivir en el agua y en ella y en la tierra a la vez, pensar, imaginar, crear... Nos dio agua, que sin ella no existiríamos. 
    Pero nosotros no cuidamos a nuestra madre, la que nos lo dio todo. Nosotros la matamos poco a poco, pues la contaminamos y destruimos sus creaciones. Contaminamos tierra, agua y aire. Matamos a todo tipo de animales, y ya no solo para sobrevivir o por necesidad, sino por diversión y entretenimiento. Destruimos sus plantas, construimos en sus tierras y bosques dañando a su vez a ecosistemas enteros de seres creados por ella. Y sabemos lo que hacemos y seguimos, en un ciclo que no tiene fin, como si madre fuera inmortal.
    Ella se cansó de quejarse y que no le hiciéramos caso.
Y no tuvo más remedio que atacarnos, a su modo, para que hiciésemos algo por su sufrimiento. Creó medios destructivos en los que se jugaba con la muerte. Y aparecieron terremotos, tsunamis y huracanes y ciclones. Hizo que los volcanes entraran en erupción. Y con ello solo consiguió que unos pocos se atormentaran y otros durante un pequeño plazo de tiempo. Luego se olvidarían y seguirían con sus vidas condenadas a destruir. 
    Ella sigue ahora con su lucha incansable para que hagamos algo. Ahora juega con el tiempo, como la temperatura del planeta va aumentando  poco a poco por nuestra culpa, ella hace que deje de llover con frecuencia haciendo que pasemos sed, penurias y calor.
    Ella no quiere morir pero nosotros lo ignoramos por completo.


De seguir así, pronto nos destruirá para renacer de nuevo. Y esta vez sin la molestia de aguantarnos a nosotros: unos seres tan molestos y maleducados.


La naturaleza es más fuerte de lo que parece, nosotros no.

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