El caótico mundo de las letras.

lunes, 12 de noviembre de 2012

Lucha latente


Las horas se amontonan como en un reloj de arena. La mente ya no me funciona. Vaga por un mar de preguntas sin respuestas. De acusaciones, de juzgarte a ti mismo dejándote en el listón más bajo. En un sin fin de recuerdos pasados y presentes, torturando el alma, la cordura y la razón. Bajo esa lluvia de cuchillos bien afilados me hallo. Intentando que el pequeño haz de luz que entra por mi ventana le de algo de calor a este cuerpo tan inerte y frío. Intentando ignorar los pensamientos que me remuerden la conciencia, sumida en las letras de estas páginas mientras una avalancha de notas musicales invaden mis oídos, hasta la médula.  Y a cada segundo que leo pierdo una pizca de lo que queda de mi para captar la personalidad que está impresa en las páginas. Inexistente al no leerlas y que ahora cobra vida en mi interior. Intentar quedarse en el mundo de las letras, de lo irreal, por siempre es meramente un sueño. Pues cuando salgo de él la realidad choca en mi cara. Como si un millón de toneladas cayeran sobre ti sin dejarte apenas coger aire. Dejándote sin respiración, anulando el pulso de tu corazón... El mismo corazón que se acelera al verle sonreír o con solo estar a su lado, el mismo que se achicaba cuando el se alejaba de ti, el mismo que tantas veces regalaste para luego pisotearlo y destrozarlo. El mismo que consiguió revivir, aunque con cicatrices, a todos los ir y venir de esos que jugaban con él. Y que cada vez que se enfrenta a la realidad sale perdiendo.  Porque estás en constante batalla contigo mismo. Tu cordura lucha por sobrevivir ante la locura. Tu corazón lucha contra el amor. Tu fantasía lucha contra la cruda realidad. Porque te formas la idea de que nada ha pasado, engañando a la razón.

Toda esa lucha interna cuando exteriormente estás tan muerta como lo está tu corazón recién destruido. El superviviente de tu existencia. La única diferencia es que tu has perdido los métodos para sobrevivir y para salir adelante, cuando tu corazón siempre sabrá cicatrizar sus heridas y volver a latir. Porque una parte de ti lucha sin resultado y la otra aún suspira por él.

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