El frío cala mis huesos. Llega a cada rincón de mi cuerpo excepto a uno. Su mecanismo no está frío. Va más rápido de lo normal. Y la rapidez hace que sea cálido. Envía impulsos de calidez hacen que me estremezca. Hace todo lo posible para que no me gane el frío. Late, late, late, impulso, impulso, frío, calidez,frío...
¿Quién ganará?¿El fuego o el hielo? Siempre le gana el fuego al hielo, ¿verdad? Pero no es lo único que lucha en este recipiente lleno y a la vez vacío. Hay sentimientos que luchan con el fuego y otros con el frío. Y, en este momento, el frío tiene más seguidores. Porque las palabras pueden llegar a hacer mucho daño. Y mi escudo contra dagas hace tiempo que está roto.
Siempre hay alguna hoguera en la que refugiarse del frío. Y si no la hay, no te dejes vencer, créala tu misma.
ResponderEliminarsí, la hay pero el viento gélido a veces es mayor que el esfuerzo puesto en mantener el fuego vivo...
Eliminarauqnue siempre hay momentos, aunque pequeños,en los que se puede sentir el calor :)