El caótico mundo de las letras.

viernes, 4 de mayo de 2012

The rain hypnotize me


Hoy es un dia gris. Desde por la mañana todo me indicaba que no seria ni blanco ni negro, pero sería gris. Y así ha sido. Después de toda una mañana mirando como caminan de forma divertida las motas de polvo, mientras dejaba mis pensamientos fluir, empezó a llover. Entonces miré por la ventana y vi la lluvia. Esos bailes y ese sonido tan agradable. Cada gota brillaba de una manera especial hipnotizandome con sus movimientos ritmicos y fluidos. Quedé totalmente hipnotizada en cuestión de segundos. Y después del ensueño producido por las gotas de la lluvia yo no volví a estar igual.
Todo eso me recordó que la lluvia me trae recuerdos siempre, pero esos recuerdos pueden ser buenos o malos. Hoy los recuerdos han sido de los dos tipos. Esos recuerdos me han amargado, pero gracias a que la lluvia seguía bailando para mi, esa amargura se convertió en dulzura.
 Una vez en la calle toda molécula de agua me hipnotizaba y me llamaba con cantos de sirena. Los charcos me atraían. Saltaba sobre ellos, les tiraba agua, los pisaba, todo para ver las ondas producidas en el vestido del agua. ¡Es tan bella la señora agua! En su vestido refleja todo, pero de un mundo extraño, en el que todo es diferente. Lo refleja todo pero al revés. Siempre me ha gustado mirar su vestido porque en él se refleja ese mundo en el que las cosas no son tan malas. ¿¡Que demonios!? He deseado estar en ese otro mundo.
El agua es bella en todas sus formas pero la que más atrae es la lluvia. Cada gota que cae refleja la tristeza del cielo y cuando, a pesar del sol, llueve, es que el cielo se rie tanto que llora. Y cada gota al caer toca una nota más de la cruel  sinfonia del alma. Y del mismo modo que su baile hipnotiza esa melodia te traslada al mundo del agua.

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