La razón por la que nunca he llegado a caer en picado y el motivo de que siga en pie es ella. La que incluso de peque me cuidaba sin saberlo ninguna de las dos. Con la que no solo tengo cosas en común si no que ella es fuego, y yo hielo, y juntas somos una explosión. Porque sabe que estoy loca y me da cordura. Porque nos complementamos en todo. Ella tiene todo lo que yo no tengo (por ejemplo: memoria). Siempre se acuerda de mí y me da unos consejos que ni las más sabia sabe. Porque cuando se enfada me pega y luego le pido perdón. Porque con ella no hay nada con sentido y a la vez todo cobra sentido. Ella me lo da todo con sonreír, cada cosa buena que le pasa es una pizca de felicidad que me regala. Que incluso estando lejos sabe leerme la mente. Y como ella me conoce tanto sabe que, en cuanto la vea, se llevará mínimo un abrazo porque la quiero. Nunca la dejaré de lado aunque nos separen infinitas veces lo que ya nos separa. Porque ella es el lado negativo del imán y yo el positivo. Debe saber que estaré ahí para lo que quiera, ya sea pegarme, hablarme, llorar o, incluso, mirarme. Porque ya lo he dicho, es la mejor persona que me he podido encontrar en este mundo. Y con personas como ella el mundo es un lugar mejor.
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