El caótico mundo de las letras.

lunes, 19 de marzo de 2012

Génesis de destrucción



Mientras el sueño degrada mis sentidos, mi mente se desvanece como el polvo en el viento. Un sueño sin final, en el que todo es autómata. No pienso , no siento, ahora nada tiene sentido. Ahora soy una especie de robot en busca de aquella pieza que le falta. Todo segundo en el que esa rutina se rompe y por un corto espacio de tiempo mi cuerpo siente, ya sea tristeza o alegría, le da punzadas a mi corazón de hojalata. Provocando una chispa que por un momento crea un pequeño fuego interno. Ese fuego, como todo fuego, produce humo: que viaja por todo mi cuerpo nublando mi alma, mi percepción, mis actos. Éste humo se acumula como los sedimentos de un río en su desembocadura. Y provoca un colapso, una corrupción de mi forma de ser. Ya no soy yo, mi "pureza" se ha contaminado...
¡Oh de ti si te encuentras conmigo! Pues... bien te trato como a un rey (o reina)o te trato como a un necio innato de estar ante mi presencia. Porque el humo recoge todo lo malo y lo va acumulando: el odio, la rabia, la frustración... 
Y ya solo puedo esperar que esa pequeña llama se haga tan grande que lo consuma todo para volver a empezar en un nuevo génesis.

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