La esclavitud del tiempo.

¿Nunca os habéis dado cuenta de que la palabra "tiempo" es una de las más utilizadas? ¿ Nunca os habéis dado cuenta de que siempre nos quejamos de ella? Es una simple palabra abstracta, pero tan importante que dependemos de ella constantemente. 
Nuestras vidas giran en torno a ella, debido a que alguien tuvo que definir lo que tarda la tierra en dar una vuelta en si misma como día. Y lo tuvo que dividir en 24 horas y cada hora 60 minutos, que a su vez, cada uno de ellos son 60 segundos. Parece mucho, ¿verdad? Pero todos sabemos que no lo es.
Como ya se sabe el tiempo no se detiene, sigue a su ritmo y nunca para, porque la tierra no para de dar vueltas. Pero se sabe que para algunos ese tiempo es eterno en algunos momentos y en otros demasiado veloz. Y a pesar de ello, todo lo que hacemos depende del tiempo. Se podría decir que somo esclavos de el.
Porque los horarios, los plazos, los límites de tiempo, la puntualidad nos controlan, controlan todas nuestras acciones. Y nos quejamos, y decimos: "No tengo tiempo". Porque el tiempo no se puede dar. No es contable pero lo contamos. Porque hay personas que tienen mas y tienen menos, supuestamente. Porque todo el mundo tiene el mismo tiempo y todo el mundo esta igual de esclavizado a el.
Por eso suelo imaginar lo que seria vivir sin esa noción. Sin esa palabra llamada tiempo. Vivir con la única noción del cambio de color del cielo y que hay veces que hay sol y otras que no. Solo eso. Seria más fácil. Pero tenemos la extraña costumbre de planificar y controlarlo TODO.
 Y esa es nuestra idea de inteligencia. ¿Porque así lo aprovechamos mejor? En absoluto. El tiempo se aprovecha mientras lo utilices a tu beneficio, y al controlarlo provocamos en nosotros una consecuencia bastante perjudicial, llamada estrés. Entonces, no lo aprovechamos. Porque nos frustramos en cuanto lo creemos perdido. De igual manera el tiempo se pierde por cada segundo que pasa porque el tiempo no se detiene, por lo cual, siempre lo estamos perdiendo.
 Somos zombies llevados por el deseo de no perder algo imperdible. Somos: Esclavos del tiempo.